Pecera de bola... ¿un error?
POR: Gaby Serrano (ranchu)
Es muy común que la gente compre peceras de bola. Después de todo, son económicas y se consiguen en cualquier tienda de acuarios. Si están a la venta es porque son seguras para nuestros peces... ¿no es así?
Antes de responder la pregunta, veamos la razón por la cual son tan populares estas peceras. Si nos remontamos en la historia, veremos que son tan antiguas como el acuarismo mismo. Fueron las precursoras o versiones más primitivas de los acuarios equipados y costosos que conocemos hoy en día. También gozan de popularidad y han sido vistas en películas como Pinocchio y cuadros de Henri Matisse y Roy Lichtenstein.
Mucha gente desconoce que los goldfish, como el resto de los peces, requieren de espacio y un buen sistema de filtración para mantenerse saludables. También ignoran que superan los 12 a 15 cm de largo en su edad adulta, así como las grandes cantidades de desecho que generan. Por estas razones no deben ser colocados en peceras de bola.
Es triste decirlo, pero las tasas de enfermedad y muerte en las peceras de bola son muy elevadas debido a las siguientes razones:
1. Nula o escasa filtración.- la gran mayoría de las peceras de bola no incluyen filtro. Solo unas pocas disponen de uno pequeño ya sea de esponja o de fondo de placa. Ambos tipos de filtro no son apropiados para acuarios de goldfish debido a su pobre filtración mecánica. En otras palabras, no recogen el excremento de los peces, por lo que el agua se ensucia con mucha facilidad. No es de sorprenderse que las peceras de bola sean muy propensas a tener malos parámetros del agua (niveles elevados de amonio, nitratos y nitritos) los cuales son tóxicos para los peces; enfermándolos lentamente.
2. Mala oxigenación.- El goldfish consume el doble de oxigeno que los peces tropicales cuando la temperatura del agua esta elevada. Por esta razón es que requieren estar en acuarios con bomba de aire y difusor de burbujas. Las peceras de bola no cuentan con este equipamiento, por lo que es común verlos boqueando desesperadamente en la superficie del agua, donde se concentra la mayor cantidad de oxígeno. Esto puede asfixiarlos lentamente y causarles la muerte.
3. Espacio reducido.- El goldfish es un pez que suele superar los 12 a 15 cm de largo en su edad adulta (sin medir las aletas). En una pecera de bola no cuenta con espacio suficiente para nadar; no es por tanto de sorprendernos que la gran mayoría de los peces no crezcan, padeciendo de una condición que coloquialmente llamamos "enanismo". Esto puede ocasionar problemas de salud a largo plazo debido al mal desarrollo de sus órganos internos.
4. Cambios de agua inadecuados.- El gran dilema de estas peceras, es que el pobre (o nulo) sistema de filtración hace necesario los cambios de agua con mayor frecuencia de la que se piensa. Hay quienes cometen algunos errores frecuentes: no aplicarle un producto para remover el cloro (este quema las branquias del pez y lo mata lentamente), cambiar el 100% del agua cada determinado tiempo o peor aun, no cambiarla nunca. Los cambios de agua inadecuados pueden tener dos efectos: 1. malos parámetros del agua y 2. estresar enormemente al pez.
5. Decoración / Grava.- La decoración (grava, piedras, etc) desplaza al agua, lo que da lugar a que la pecera cuente con menos agua en su interior, agravando de esta forma el problema de la falta de espacio.
¿Qué hacer si cuentas con una pecera de bola?
Lo primero es reconocer el error cometido y hacer lo posible por remediarlo. La mejor opción es trasladar el pez a un acuario de al menos 40 litros, o bien uno de 60 litros si deseas más tarde adquirir un segundo pez. Para tres peces goldfish se debe considerar un acuario de al menos 100 litros. No basta con comprarlo, hay que poner el acuario a madurar. Para mejor comprensión del tema se recomienda el siguiente artículo: Equilibrio en el agua del acuario. Igual de importante que la maduración del acuario, es la selección de un filtro adecuado.
Si te resulta imposible adquirir un acuario de mayores dimensiones, entonces quizás debas considerar la opción de devolver el goldfish a la tienda de acuarios e intercambiarlo por un pez mejor adaptado para una pecera.
Si deseas conservar la pecera de bola, es recomendable tener en cuenta los siguientes consejos. Serán de gran ayuda para mantener el agua en buenas condiciones, al menos de forma temporal... porque como se ha explicado antes, el goldfish requiere más espacio y un acuario de al menos 40 litros.
1. Filtro de placa.- Los hay de forma circular diseñados para peceras de bola. De no encontrarlo, adquiere uno de forma rectangular y recórtalo. Es de plástico con rendijas y un tubo del mismo material lo complementa. Su instalación es sencilla: se enjuaga con agua no clorada y se le coloca en el fondo de la pecera. Después se conecta a una bomba de aire y se cubre con 4 cm de grava. Se llena la pecera de agua y se enciende. El movimiento del aire succiona los desechos del pez hacia la grava, donde son descompuestos más adelante por las bacterias nitrificantes. Esta acción proporciona filtración biológica a la pecera, mas no mecánica, por lo que se deberán tomar otras medidas para mantener una buena calidad del agua.
2. Cambios de agua.- Es necesario realizarlos de forma semanal y mensual. Una vez a la semana se debe de cambiar la mitad del agua de la pecera y sustituirla por agua no clorada. Déjala reposar hasta que este a la misma temperatura del agua de la pecera. Los termómetros para acuarios son muy baratos. Adquiere uno. Una vez a la semana se debe de sustraer la cuarta parte del agua en un recipiente aparte. Con una red para acuarios, se extrae el pez y se le coloca en dicho lugar. Después se revuelve ligeramente la grava y vacía el resto del agua. Reemplaza las 3/4 partes con agua no clorada a la misma temperatura que el agua del recipiente. Después este se vacía en la pecera de bola, con todo y pez.
3. Oxigenación.- En la superficie se da un intercambio de gases que favorece la presencia de oxígeno en el agua. Entre más área disponible mejor. Por este motivo se llena hasta unos centímetros debajo del cuello de la pecera, tal y como se ve en la imágen al comienzo del artículo. Los cambios de agua semanales ayudan a incrementar el oxígeno, sin embargo, aún con estas precauciones es posible que el pez boqueé en la superficie. De ser así, se debe añadir un difusor de burbujas conectado a una bomba de aire.
4. Alimentación.- Es importante el no sobrealimentar al pez. Los restos de comida caen al fondo de la pecera, lo que empeora la calidad del agua y exige de cambios de agua más frecuentes. Se les debe de alimentar 1 o 2 veces al día y solo lo que alcancen a comer durante un minuto. Asimismo, es recomendable dejarlos sin comer una vez a la semana. Los goldfish, en especial los de cuerpo compacto y robusto, son propensos a padecer problemas de vejiga natatoria. Con el fin de prevenir esto, se les deja en ayunas para que el tracto intestinal se limpie.
POR: Gaby Serrano (ranchu)
Es muy común que la gente compre peceras de bola. Después de todo, son económicas y se consiguen en cualquier tienda de acuarios. Si están a la venta es porque son seguras para nuestros peces... ¿no es así?
Antes de responder la pregunta, veamos la razón por la cual son tan populares estas peceras. Si nos remontamos en la historia, veremos que son tan antiguas como el acuarismo mismo. Fueron las precursoras o versiones más primitivas de los acuarios equipados y costosos que conocemos hoy en día. También gozan de popularidad y han sido vistas en películas como Pinocchio y cuadros de Henri Matisse y Roy Lichtenstein.
Mucha gente desconoce que los goldfish, como el resto de los peces, requieren de espacio y un buen sistema de filtración para mantenerse saludables. También ignoran que superan los 12 a 15 cm de largo en su edad adulta, así como las grandes cantidades de desecho que generan. Por estas razones no deben ser colocados en peceras de bola.
Es triste decirlo, pero las tasas de enfermedad y muerte en las peceras de bola son muy elevadas debido a las siguientes razones:
1. Nula o escasa filtración.- la gran mayoría de las peceras de bola no incluyen filtro. Solo unas pocas disponen de uno pequeño ya sea de esponja o de fondo de placa. Ambos tipos de filtro no son apropiados para acuarios de goldfish debido a su pobre filtración mecánica. En otras palabras, no recogen el excremento de los peces, por lo que el agua se ensucia con mucha facilidad. No es de sorprenderse que las peceras de bola sean muy propensas a tener malos parámetros del agua (niveles elevados de amonio, nitratos y nitritos) los cuales son tóxicos para los peces; enfermándolos lentamente.
2. Mala oxigenación.- El goldfish consume el doble de oxigeno que los peces tropicales cuando la temperatura del agua esta elevada. Por esta razón es que requieren estar en acuarios con bomba de aire y difusor de burbujas. Las peceras de bola no cuentan con este equipamiento, por lo que es común verlos boqueando desesperadamente en la superficie del agua, donde se concentra la mayor cantidad de oxígeno. Esto puede asfixiarlos lentamente y causarles la muerte.
3. Espacio reducido.- El goldfish es un pez que suele superar los 12 a 15 cm de largo en su edad adulta (sin medir las aletas). En una pecera de bola no cuenta con espacio suficiente para nadar; no es por tanto de sorprendernos que la gran mayoría de los peces no crezcan, padeciendo de una condición que coloquialmente llamamos "enanismo". Esto puede ocasionar problemas de salud a largo plazo debido al mal desarrollo de sus órganos internos.
4. Cambios de agua inadecuados.- El gran dilema de estas peceras, es que el pobre (o nulo) sistema de filtración hace necesario los cambios de agua con mayor frecuencia de la que se piensa. Hay quienes cometen algunos errores frecuentes: no aplicarle un producto para remover el cloro (este quema las branquias del pez y lo mata lentamente), cambiar el 100% del agua cada determinado tiempo o peor aun, no cambiarla nunca. Los cambios de agua inadecuados pueden tener dos efectos: 1. malos parámetros del agua y 2. estresar enormemente al pez.
5. Decoración / Grava.- La decoración (grava, piedras, etc) desplaza al agua, lo que da lugar a que la pecera cuente con menos agua en su interior, agravando de esta forma el problema de la falta de espacio.
¿Qué hacer si cuentas con una pecera de bola?
Lo primero es reconocer el error cometido y hacer lo posible por remediarlo. La mejor opción es trasladar el pez a un acuario de al menos 40 litros, o bien uno de 60 litros si deseas más tarde adquirir un segundo pez. Para tres peces goldfish se debe considerar un acuario de al menos 100 litros. No basta con comprarlo, hay que poner el acuario a madurar. Para mejor comprensión del tema se recomienda el siguiente artículo: Equilibrio en el agua del acuario. Igual de importante que la maduración del acuario, es la selección de un filtro adecuado.
Si te resulta imposible adquirir un acuario de mayores dimensiones, entonces quizás debas considerar la opción de devolver el goldfish a la tienda de acuarios e intercambiarlo por un pez mejor adaptado para una pecera.
Si deseas conservar la pecera de bola, es recomendable tener en cuenta los siguientes consejos. Serán de gran ayuda para mantener el agua en buenas condiciones, al menos de forma temporal... porque como se ha explicado antes, el goldfish requiere más espacio y un acuario de al menos 40 litros.
1. Filtro de placa.- Los hay de forma circular diseñados para peceras de bola. De no encontrarlo, adquiere uno de forma rectangular y recórtalo. Es de plástico con rendijas y un tubo del mismo material lo complementa. Su instalación es sencilla: se enjuaga con agua no clorada y se le coloca en el fondo de la pecera. Después se conecta a una bomba de aire y se cubre con 4 cm de grava. Se llena la pecera de agua y se enciende. El movimiento del aire succiona los desechos del pez hacia la grava, donde son descompuestos más adelante por las bacterias nitrificantes. Esta acción proporciona filtración biológica a la pecera, mas no mecánica, por lo que se deberán tomar otras medidas para mantener una buena calidad del agua.
2. Cambios de agua.- Es necesario realizarlos de forma semanal y mensual. Una vez a la semana se debe de cambiar la mitad del agua de la pecera y sustituirla por agua no clorada. Déjala reposar hasta que este a la misma temperatura del agua de la pecera. Los termómetros para acuarios son muy baratos. Adquiere uno. Una vez a la semana se debe de sustraer la cuarta parte del agua en un recipiente aparte. Con una red para acuarios, se extrae el pez y se le coloca en dicho lugar. Después se revuelve ligeramente la grava y vacía el resto del agua. Reemplaza las 3/4 partes con agua no clorada a la misma temperatura que el agua del recipiente. Después este se vacía en la pecera de bola, con todo y pez.
3. Oxigenación.- En la superficie se da un intercambio de gases que favorece la presencia de oxígeno en el agua. Entre más área disponible mejor. Por este motivo se llena hasta unos centímetros debajo del cuello de la pecera, tal y como se ve en la imágen al comienzo del artículo. Los cambios de agua semanales ayudan a incrementar el oxígeno, sin embargo, aún con estas precauciones es posible que el pez boqueé en la superficie. De ser así, se debe añadir un difusor de burbujas conectado a una bomba de aire.
4. Alimentación.- Es importante el no sobrealimentar al pez. Los restos de comida caen al fondo de la pecera, lo que empeora la calidad del agua y exige de cambios de agua más frecuentes. Se les debe de alimentar 1 o 2 veces al día y solo lo que alcancen a comer durante un minuto. Asimismo, es recomendable dejarlos sin comer una vez a la semana. Los goldfish, en especial los de cuerpo compacto y robusto, son propensos a padecer problemas de vejiga natatoria. Con el fin de prevenir esto, se les deja en ayunas para que el tracto intestinal se limpie.